Desde muy pequeña acompañaba a mi padre a pintar (dibujo a plumilla)por los paisajes de la Tramuntana. No tengo formación artística académica, perohe hecho muchos talleres y formación en dibujo, performace, etc. Durante 8 añosestuve en el taller de grabado de Julio León, el responsable de los talleres deobra gráfica de la Fundación Miró de Mallorca. También me formé en cerámica conVirginia Massagué y Margarita Fonollar.
Estuve 10 años trabajando en la Fundación Sindrome Down de Madrid.Ilustraba material pedagógico, cuentos y talleres artísticos. Fue unaexperiencia muy enriquecedora y me sirvió para darme cuenta de mi interés porel arte y el poder del arte como lenguaje universal. Mi influencia principal esla naturaleza y sus procesos, transformándolos en un acto artístico. Volví a laisla en 2007 y desde entonces, Mallorca ha sido mi gran inspiración.
Mi conexión con la filosofía y estética de oriente es una intuición. Enensayos y escritos de pensadores orientales me he sentido muy identificada,sobre todo en su manera de observar la naturaleza y respetarla. También me hancautivado la delicadeza de sus materiales, como el papel y los tejidos, asícomo su elogio al error y al silencio.
Nunca he estado en Asia, pero tengo planeado un viaje a Japónpróximamente.
Mi madre era amante de las telas y las coleccionaba. Al fallecer esastelas fueron una parte de la herencia. Tuve la necesidad de actuar en ellasartísticamente como una forma de pasar el duelo. Cuando Mercedes Estarellas deKaplan Projects me propuso realizar una instalación en el Soller Tennis Club nodudé en intervenir esas telas de fábricas desaparecidas reconstruyéndolas conel acto de bordar.
La performance la utilizo como parte del proceso artístico. Me sirvetambién como fuente de inspiración ya que la repetición me lleva a un estadomeditativo. En el club de Tenis de Sóller quise revindicar la identidad de unaindustria artesanal y que hadesaparecido por la globalización mediante el bordado como acto curativo.
El arte como he dicho es unlenguaje universal. Difícilmente salvará el mundo, pero puede empujar areflexionar y concienciar sobre la importancia de preservar la naturaleza y lasculturas locales.
Lo que más me gusta es pasear y dejarme llevar por los senderos entre Valldemossa y Banyalbufar, mis dos referencias vitales que me han visto crecer.
Todavía no quiero adelantar demasiado, pero estoy trabajando en unproyecto site-specific en un espacio único de una capital europea. Es unproyecto de colaboración con mi pareja, el fotógrafo Xisco Bonnín, que indagaen las relaciones simbióticas y parásitas en la naturaleza y en el trabajoartístico.