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scondido de la carretera principal a Pollensa y su ajetreado puerto, enclavado entre las colinas del Can Axartell En esta finca, donde tradiciones centenarias se unen a la innovación de vanguardia, hay un proyecto emocionante en marcha. Redefiniendo el futuro de la elaboración del vino, Joan Manuel Ochogavia está en el centro de esta transformación. Con una base basada en la ingeniería agrícola técnica, el viaje de Ochogavia al mundo de la elaboración de vinos finos comenzó mucho antes de que obtuviera su diploma. A lo largo de sus años académicos, se sumergió en el arte de la viticultura y perfeccionó su oficio en prestigiosas bodegas durante los descansos semestrales y las pasantías. Fue en 2010 cuando su camino lo llevó a los pintorescos viñedos de Can Axartell, donde comenzó a trabajar junto a la reconocida Rosa Pons. En 2012, cuando la finca buscó un nuevo maestro de bodega, Ochogavia era la elección natural. Con una comprensión intuitiva del terreno y un compromiso constante con la excelencia, asumió el cargo con una confianza tranquila y una precisión magistral. Un conocedor de la artesanía, cuyo meticuloso cuidado y dedicación siguen definiendo la elegante artesanía por la que se celebra la bodega.
Durante los últimos años, Ochogavia y Can Axartell han estado investigando y reproduciendo variedades de uva locales de forma experimental, incluida la recuperación de una variedad de uva rara y casi olvidada que se descubrió en la propiedad hace varios años. Al visitar el viñedo experimental que se encuentra aquí, queda claro que este proyecto tiene un valor perdurable en lugar de ser un fenómeno breve.