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odeado de un bosque salvaje cerca de Portocolom, Son Selva es un proyecto holístico de permacultura dirigido por la amante de la naturaleza Scarlet Allenspach. Centrándose en la sostenibilidad y la agricultura regenerativa, Scarlet transforma las tierras áridas en un floreciente ecosistema de permacultura. Combina su pasión por la naturaleza con soluciones prácticas para inspirar una vida autosuficiente. A través de sus talleres y consultas en Mallorca, Scarlet comparte su visión de una conexión armoniosa entre las personas y el medio ambiente.
Scarlet Allenspach, originaria de Zúrich, «siempre ha amado estar en la naturaleza» a pesar de haber crecido en entornos urbanos. Su conexión con el medio ambiente fue moldeada por experiencias como las Girl Scouts y la jardinería escolar. Comenzando en el diseño industrial, Scarlet fundó más tarde Raíces urbanas en Basilea, que promovió la jardinería urbana y el cultivo de alimentos en espacios pequeños. «Vivir en una ciudad que solo era mi salida, era la única manera en que podía trabajar en permacultura sin tener que poseer tierras», recuerda acerca de su antigua empresa.
El interés de la amante de la naturaleza por la permacultura creció con su pasión por la comida. «Me encanta comer y cocinar, y creo que es importante saber de dónde provienen nuestros alimentos y cómo prepararlos», explica Scarlet, lo que la llevó naturalmente a dedicarse a la jardinería. Su viaje hacia la permacultura comenzó con su trabajo como diseñadora centrada en la sostenibilidad. Scarlet exploró las naves terrestres y descubrió la permacultura como una extensión natural de su pasión por la vida sostenible. «Cuando leí sobre la permacultura, me di cuenta de que estaba alineada con mi propia filosofía: ya estaba viviendo», dice. Así pues, Scarlet tomó un curso de diseño de permacultura en Bali en 2018, inspirado por mentores como Christopher Shanks, Maria y Orin Hardy y Bill Mollison. La experiencia la animó a iniciar su propio proyecto de permacultura.