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En 2015, Marina Planas se encontró al frente de Casa Planas y sus impresionantes archivos. Más de 2,5 millones de imágenes, 18.000 postales y una vasta colección de artículos de prensa la convierten en el mayor archivo sobre turismo de masas.
La historia comienza con su abuelo Josep Planas i Montoya. El joven, aficionado a la fotografía, llegó a Mallorca en la década de 1950, justo cuando la isla se abría al turismo y se modernizaba a una velocidad vertiginosa. Tras la Guerra Civil y la Segunda Guerra Mundial, la España franquista estaba de capa caída. Mallorca era un territorio pobre y semirrural cuando el turismo de masas, que comenzó con la introducción generalizada de vacaciones pagadas alrededor de 1952, puso patas arriba la suerte de la isla. Mallorca, elegida por el gobierno español como destino turístico, algo «moralmente cuestionable pero aceptable desde el punto de vista financiero», experimentó un auge económico sin precedentes que algunos compararon con el de los países del Golfo Pérsico cuando descubrieron pozos petrolíferos. Se están construyendo hoteles, piscinas, restaurantes, tiendas de recuerdos, carreteras, un aeropuerto y puertos deportivos sin planificación urbana y sin preocuparse por proteger la costa. El hormigonado de la costa pasó a conocerse como «baléarización».