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iquel Martorell fue nombrado director de Palma Teatro Principal hace un año, y conoce la empresa desde que era un niño. «Soy de Palma. Cuando tenía 13 años, me uní al coro del Teatre Principal de Palma y canté los coros de la ópera Turandot». Fue en esta venerable institución, fundada en 1667, donde el joven Miquel descubrió la ópera, el teatro y... su vocación. En 2001, Miquel inició una relación profesional con el teatro: como corista, actor, utilero, asistente de dirección y director musical, estuvo expuesto a todas las facetas de la profesión. Al mismo tiempo, obtuvo un máster en gestión empresarial y un máster en gestión cultural. «Me gusta la parte creativa y la parte comercial», explica. «Cuando se lanzó el concurso para la dirección del teatro, me di cuenta de que se trataba de un concurso postpúblico con muchas garantías para la selección de profesionales sin vínculos políticos, así que me postulé». Seleccionado por unanimidad, Miquel Martorell desarrolló un proyecto que rendía homenaje al teatro, con un enfoque basado en la pluralidad y la inclusión. «Somos el teatro más importante y hermoso de las Islas Baleares», afirma, «en términos de presupuesto, construcción, calidad escénica y tecnología, tenemos que estar a la altura del desafío».
En esta era de plataformas y redes sociales, en la que las pantallas monopolizan el tiempo y la atención de todos, es difícil que un teatro atraiga al público. Los hábitos culturales han cambiado y el público actual tiene muchas más opciones. «Tenemos que diferenciarnos, tener nuestra propia personalidad y tener muy clara la calidad de lo que ofrecemos, tenemos que ser lo suficientemente atractivos como para que la gente nos elija». El mensaje para el público sería «elíjanos porque con un espectáculo en directo vas a vivir algo especial».