Un pequeño pueblo ubicado alrededor de una bahía en forma de herradura en el mar Mediterráneo con las montañas de Tramuntana detrás, hay una buena razón por la que Port de Sóller es uno de los destinos más populares de Mallorca. Si bien en los meses de verano esta ciudad costera, ideal para familias, es bastante activa y visitada, en los meses de invierno es más lenta, ya que la mayoría de las tiendas y restaurantes cierran durante la semana.

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Historia

La historia de Port de Sóller está impregnada de tradición marítima y se remonta a sus orígenes como un humilde pueblo de pescadores. Situado en la costa noroeste de Mallorca, el puerto se convirtió en un puesto comercial vital, especialmente para los cítricos del valle circundante. Este comercio floreció debido al microclima único de la zona. Con el tiempo, la ciudad ha conservado hábilmente sus raíces históricas y, al mismo tiempo, se ha convertido en un destino moderno y codiciado. Cabe destacar que alguna vez fue blanco de ataques piratas, lo que llevó a la construcción de estructuras defensivas como la torre de vigilancia de Torre Picada en el siglo XVII.

Qué hacer

En Port de Soller abundan las actividades. El paseo marítimo, de un kilómetro de longitud, ofrece una variedad de experiencias gastronómicas y de compras, y los meses de verano brindan un ambiente animado. Tanto los visitantes como los lugareños pueden disfrutar de actividades acuáticas en la bahía o explorar las montañas de Tramuntana circundantes, conocidas por sus rutas de senderismo y su belleza natural. Una fiesta local notable en Port de Sóller es la «Fiesta de Sant Joan», que se celebra todos los años el 24 de junio. Las festividades suelen incluir una variedad de actividades, como desfiles de barcos, fuegos artificiales, música y bailes tradicionales.